En nombre de Dios Todopoderoso,
que los malos Espíritus se alejen de mí
y que los buenos me sirvan
de protección contra ellos.
Espíritus malhechores,
que inspiráis malos pensamientos a los hombres;
Espíritus tramposos y mentirosos
que les engañáis atormentáis;
Espíritus burlones
que abusáis de su credulidad,
os rechazo con todas las fuerzas de mi alma
y cierro el oído a vuestras sugestiones;
pero pido para vosotros
la misericordia de Dios.
Buenos Espíritus,
que os dignáis asistirme,
dadme fuerza para resistir
a la influencia de los malos Espíritus
y luz necesaria para no ser víctima
de sus embustes trampas y engaños.
Preservadme del orgullo y de la presunción;
separad de mi corazón los celos, el odio,
la malevolencia y todo sentimiento contrario
a la caridad, porque son otras tantas
puertas abiertas al Espíritu del mal.
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